
Como padre o madre, el mayor deseo es que nuestros hijos/as sean lo más felices posible y que coman bien para que puedan desarrollar todo su potencial físico y mental, pero cuando tu pequeño/a es comedor/a selectivo/a, esa tarea se convierte en más bien una pesadilla que se repite varias veces al día, todos los días.
Muchas veces nos preocupamos y angustiamos de tal manera que incluso hay días en que nos invade la desesperación.
A partir de ahí, pueden surgir comportamientos, que lejos de ayudar, alejan más al niño/a de una alimentación sana y feliz.
En esta guía te muestro algunos de los errores más comunes que cometemos a la hora de alimentar a los más pequeños de la casa cuando son muy selectivos con la comida. ¡Vamos a ello!
Error 1: tener las expectativas demasiado altas.
Imagínate que expectativas tenía yo, siendo nutricionista y mi marido cocinero, nuestros conocidos siempre nos decían que nuestra hija comería mejor que ningún niño por tener a los padres que tenía y fue por una época, justo lo contrario… Mi hija, llegó a tolerar sólo macarrones, salchichas y patatas fritas.
Cuando empecé a ponerme manos a la obra con el problema de selectividad alimentaria de mi hija, tenía el objetivo de que comiera de todo, mucha verdura sobretodo y que el proceso fuera relativamente rápido.
Eso un gran error, porque tener en tu mente metas demasiado altas, hace que sientas ansiedad y frustración cuando el problema no se resuelve como tu pensabas y esa ansiedad la nota tu hijo/a y aún empeora las cosas.
Es mejor ponerse metas cortas y fáciles (y realistas) y tener claro que tu hijo puede que no llegue a aceptar todos los alimentos, sólo si los nutrientes más esenciales están cubiertos, eso puede ser un triunfo ya.
Error 2 : hacer una comida especial para tu hijo/a.
Muchos de nosotros nos hemos encontrado haciendo comidas a la carta y preguntándoles a nuestros hijos que querían comer (es normal, te asalta el miedo y las dudas y antes de cocinar algo que ni siquiera lo lleguen a tocar, prefieres preguntar).
Tienes que tener en cuenta que preguntarles que quieren para comer, le puede llevar a tu hijo a la confusión, parte de la base que excepto los bebés muy pequeños, los niños/as, no saben muy bien aún que es lo que realmente quieren.
Una solución que a mí me ha funcionado bastante bien, es servir con naturalidad una comida equilibrada para toda la familia y a parte, poner uno o dos alimentos que tolere bien tu hijo/a en cada comida que ya estén incluidos en el repertorio del peque, es decir que ya los acepta de buena gana.
De esta manera, no se verá “acorralado/a” entre alimentos que no conoce/quiere y siempre podrá optar a lo que le es conocido, así rebajamos la tensión y le abrimos una puerta a la curiosidad.
Tu hijo/a estará expuesto siempre a la comida que en un principio no tolera y a la larga lo entenderá como familiar.
¿Cómo lo vas a hacer? Aquí te pongo unos ejemplos (en AZUL los alimentos que tolera tu hijo/a, pongamos que tolera:
Grupo 1: pan, patatas, arroz
Grupo 2: pollo, carne de ternera
Grupo 3: zanahoria, cebolla, calabacín
Esta técnica funciona si no es extremadamente selectivo y no tiene asociadas otros trastornos, pero por lo general al principio puede haber algo de rabietas pero es efectiva a la larga, poco a poco se deben introducir nuevos alimentos de los platos que come la familia.
Mi consejo es que pongas toda la comida en el centro de la mesa y que dejes que cada miembro escoja lo que quiere comer.
DIA | ENTRANTE | SEGUNDO | LO QUE COME |
DIA 1 | Ensalada variada para picar | Arroz con pollo | Arroz + pollo + zanahoria + pan |
DIA 2 | Alcachofas con jamón | Merluza al horno con cebolla y patatas | Cebolla + patatas al horno + merluza + pan |
DIA 3 | Ensalada de tomate, maíz y pepino para picar | Verduras salteadas con carne y patatas | Patatas (separadas del salteado) + verdura salteada (zanahoria, calabacín y cebolla)+ pan + carne (separada del salteado) |
Error 3: descuidar la alimentación del resto de la família
A menudo, estamos tan pendientes de nuestro pequeño selectivo, que descuidamos nuestra alimentación y la del resto de la familia, cuando el foco debería de ser el de alimentar bien a toda la familia, incluido nosotros mismos.
He visto muchas familias a las que el problema ha acabado arrastrando a todos los miembros y al final, la dieta se ve mermada en calidad y variedad.
Céntrate en ofrecer comida equilibrada y sana a tu familia, pues tu hijo/a se podrá familiarizar con este tipo de alimentación.
Error 4: no crear un ambiente relajado antes y durante la comida.
Estoy totalmente de acuerdo en los beneficios de una alimentación equilibrada que considere todos los grupos alimentarios, pero una relación sana con la comida y la habilidad para autoregular el hambre y saciedad, va primero.
Está totalmente probado que aplicar técnicas de presión con los niños/as, aunque sean muy sutiles, interfiere en la regulación natural del hambre/apetito y disminuye la motivación para experimentar con la comida y su curiosidad por probar nuevos alimentos.
Si el ambiente es relajado y el niño percibe seguridad y confianza, estará más receptivo a establecer una relación sana con la comida que le va a durar para toda su vida.
Por tanto, te recomiendo que actúes con naturalidad y sin prestarle mayor atención a tu hijo/a, disfruta de la comida y conversa sobre temas ajenos a los alimentos que hay en la mesa, incluso podéis hacer juegos en familia tipo “veo, veo” , adivinanzas, etc.
Y hasta aquí la primera parte, espero que te haya ayudado y que me comentes si has caído o no en alguno de estos errores. Puedes seguir leyendo la segunda parte en el próximo post.